La ludopatía es una condición compleja, que responde a una diversa serie de factores. Es difícil determinar exactamente cuál es la causa de la ludopatía.
Generalmente, no se trata de una sola causa en particular. La mayoría de los ludópatas presentan varios factores biológicos, psicológicos y sociales. Asimismo, la condición se suele presentar con alto grado de comorbilidad con otras patologías:
🔸 Factores Biológicos
Cada vez que apostamos, nuestro cerebro recibe un golpe repentino de adrenalina y dopamina. Estos químicos inundan el cerebro de sensaciones placenteras. Como consecuencia, es normal sentir el deseo de repetir estas conductas. Después de todo, se sienten bien.
Esa es una raíz biológica de la adicción. Sin embargo, no todas las personas sienten lo mismo al apostar. Dependiendo de la química cerebral de cada persona, responderán al riesgo y recompensarán de forma diferente.
Para algunos, el riesgo genera tal ansiedad que las apuestas no son placenteras. Para los apostadores potencialmente problemáticos, su percepción del placer al apostar excede por mucho el riesgo.
🔸 Factores Psicológicos
La psicología de cada individuo es otro factor de riesgo en la adicción a las apuestas. Repetir una acción una y otra vez, a pesar de conocer las consecuencias negativas, corresponde a cierto perfil psicológico.
Los apostadores problemáticos por lo general usan las apuestas para buscar beneficios específicos. Por ejemplo, reducir el estrés o aburrimiento, buscar placer, lidiar con emociones negativas o evitar sentir síntomas de abstinencia.
Típicamente, el perfil psicológico del apostar problemático incluye dificultades para confrontar problemas cotidianos de la vida. Suelen carecer de habilidades para manejar problemas de forma sana, y por eso se apoyan excesivamente en la única solución que conocen: las apuestas.
🔸 Factores Sociales
El otro pilar de la adicción a las apuestas son los factores sociales. El ser humano es una criatura inherentemente social. La forma en la cual nuestro círculo social interactúa con nosotros nos marca y moldea.
En el caso de apostadores problemáticos, existen varias razones posibles. Por ejemplo, la falta de un círculo social que apoye al apostador hace más fácil perder el control. Por otra parte, ciertos círculos sociales pueden empeorar las tendencias.
La presión social de amigos es un factor importante, especialmente en hombres. Y la adicción a las apuestas es, en general, más frecuente en hombres que en mujeres.
Adicionalmente, venir de una familia de apostadores es un factor de alto riesgo. En esos casos, la conducta es aprendida y reforzada a corta edad.
🔸 Comorbilidad
La adicción a las apuestas se presenta en conjunto con una serie de patologías. Esta presentación conjunta es llamada comorbilidad, y representa una relación compleja. La adicción a las apuestas empeora los síntomas de estas otras patologías, y viceversa.
De hecho, los científicos creen que la comorbilidad patológica es la norma, y no la excepción, entre apostadores problemáticos. Estudios poblacionales en apostadores problemáticos han encontrado comorbilidad con problemas de abuso de sustancias y alcohol.
Entre un tercio y la mitad de los apostadores problemáticos tiene un trastorno del estado del ánimo. Estos incluyen depresión mayor, distimia, e hipomanía. Los trastornos de ansiedad, como fobias, pánico, ansiedad generalizada, o trastorno obsesivo-compulsivo, están presentes en hasta 60% de los apostadores adictos.
Trastornos de control de impulsos, de la personalidad, y trastornos de déficit de atención, muestran prevalencias de entre 15% y 60%. Trastornos de la personalidad comunes entre apostadores adictos incluyen personalidad limítrofe, antisocial, paranoide y narcisista.